La pasta filo de origen griego, es una pasta muy fina que nos permite múltiples preparaciones tanto dulces como saladas y que si se dora bien aporta un crujiente muy agradable, en este caso hemos mezclado elementos diversos en una combinación arriesgada, el dulce de la morcilla, el punto ácido de la manzana, la textura del pimiento, el crujiente de la pasta y los kikos y para rematar el dulzor del helado que además aporta un contraste de temperaturas con el calor de la milhoja recién salida del horno. Espero que os guste y os atreváis a hacerla. Los ingredientes son para dos raciones grandes o cuatro pequeñas.
- Morcilla: 1 (350gr.)
- Pimientos del Piquillo enteros: 6/7 (si usamos tiras, medio bote)
- Manzana Golden: 2 medianas
- Pasta filo*1: 4 láminas
- AOVE
- Kikos (maíz frito): un puñado
- Helado de Mandarina o Naranja (de leche): 1 tarrina pequeña
- Pelamos las manzanas, las descorazonamos y las cortamos en brunoise mediana (cuadraditos como un dado) y las salteamos un poco en una sartén amplia con un poco de AOVE.
- Mientras tanto, quitamos la piel de la morcilla, la cortamos también en brunoise y la añadimos a la sartén removiendo con cuidado para no romperla en exceso.
- Cortamos en tiras los pimientos y cuando la morcilla haya cogido color las añadimos a la sartén, removiendo suavemente. Pasados unos minutos apagamos el fuego y reservamos.
- Cortamos las 4 láminas de pasta filo*2, sin separarlas, en 12 rectángulos iguales del tamaño que deseemos para las raciones.
- Precalentamos el horno a 200º
- Pintamos una placa de horno o una fuente apta con un poco de mantequilla y colocamos cuatro bloques de pasta filo separados entre sí unos centímetros. Añadimos unas cucharadas de la farsa bien distribuida sobre cada uno. Repetimos la operación, colocando otra tanda de láminas de pasta y de farsa.
- Finalmente, pintamos con AOVE o mantequilla a punto de pomada cada una de las cuatro láminas de la capa superior de pasta e introducimos la bandeja a media altura en el horno ya precalentado a 180º y con calor arriba y abajo durante unos 15 minutos.
- Mientras se dora majaremos los kikos en un mortero hasta convertirlos en un crujiente.
- Cuando la pasta esté dorada, retiramos.
- En un plato amplio y de color oscuro si es posible colocaremos una porción de la “lasaña” y con un “sacabolas” o con dos cucharas pondremos una bolita de helado de mandarina o naranja al costado, esparciendo el crujiente de kilos sobre ella.
- Podemos decorar la bola con una ramita de hierbabuena fresca y lavada.
- Servimos de inmediato para que no se enfríe ni se derrita.
- Los pimientos del piquillo pueden ser enteros o en tiras, lo ideal es que sean naturales y asados en casa, pero si no es posible podemos usarlos comprados.
- *1 La pasta filo es un tipo de masa de origen griego y muy usada en las cocinas de oriente próximo, Grecia y norte de África tanto para preparaciones saladas como dulces. Se caracteriza por ser una masa finísima que se presenta en láminas enrolladas. Podemos encontrarla en el mercado tanto en refrigerados como congelada, en paquetes de 250 o 500 gr. Cuesta trabajo encontrarla en pequeños supermercados, pero si se vende en grandes superficies, cooperativas de hostelería y tiendas especializadas.
- *2 En la receta hemos colocado 4 láminas de pasta por capa, pero si os gusta más crujiente podéis añadir alguna más, asimismo, si tenemos farsa suficiente podemos añadir algún piso más.
- Una versión de esta receta que nos permite convertirla en un aperitivo consiste en modificar el formato. Cortaremos las láminas de pasta filo en cuadrados de 10 cm de lado, añadiremos la farsa y los liaremos como caramelos, haciendo saquitos que introduciremos de igual forma en el horno. Podemos presentarlos en pequeños platos con un poco de helado en el lateral.
- Esta receta ha salido recientemente publicada en Diario de Navarra dentro de su suplemento DFinde dedicado a gastro-bloggeros de la Comunidad Foral
- El helado puede ser sustituido por una cama o culis de cebolla pochada y muy reducida con zumo de naranja, que podéis ver en la receta de Ferrero Roche de Morcilla cuya foto tenéis abajo a la derecha.
- Para una receta como esta en la que nos atrevemos con una sinfonía de sabores bastante arriesgada y sorprendente al paladar que mejor que una música que en su momento también cumplió estos requisitos y que responde también al término que he utilizado, la 7ª Sinfonía de Beethoven, en su segundo movimiento "Allegretto", con la Orquesta Filarmónica de Berlín dirigida por el gran Herbert Von Karajan.
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