martes, 15 de mayo de 2012

RESTAURANTE JOSETXO: MÁS DE 60 AÑOS A LA VANGUARDÍA DE LA COCINA TRADICIONAL NAVARRA




   El restaurante Josetxo es todo un referente en la cocina navarra, una amplia trayectoria.
  Corría el año 1955 cuando Alejandro Elizari y Felisa García inaguraron el restaurante en un primer piso de la calle Estafeta. Por allí pasaron personajes de la talla de Heminway, Antonio Machín y muchos otros. Treinta años después, en 1985, siempre con la intención de mejorar se trasladaron al actual local situado en la plaza Principe de Viana, 1. Ocupan los dos primeros pisos de un edificio de finales del siglo XIX, declarado monumento histórico.

    Hoy convive la segunda y la tercera generación en un restaurante que es parte de la historia de una familia. Juan, en la cocina, y Raquel, en sala, primos para más señas, forman parte de esta tercera generación, como dignos herederos de una tradición  que han sabido innovar y actualizar
    Tras este breve recorrido por la historia y el presente del local pasamos a comentar nuestra experiencia gastronómica.
    Una bienvenida acogedora por parte de Raquel en un vestíbulo flanqueado por unos sofás y sillones junto a una zona de bar, muy agradable para un aperitivo o una copa. Tras subir unos peldaños llegamos al comedor principal, para 60  comensales, agradable, amueblado de forma clásica, con vidrieras y cuadros en las paredes, algunos de los cuales provienen del antiguo local de Estafeta, espacioso y con distancia entre las mesas para garantizar la intimidad y el disfrute. Todo dispuesto para comenzar la velada.

    La cena fue de maravilla, con una atención exquisita, casi familiar. Era la primera vez que estaba en este restaurante, aunque me lo habían recomendado y tenía ganas de probarlo. La comida tradicional con un toque innovador, mezclando la cocina casera de toda la vida con la nueva gastronomía y haciendo uso de productos de temporada de primera calidad. 
    La velada comenzó con el Aperitivo del Chef, un crujiente de morcilla con pasta brick, muy fina.
Aperitivo del Chef: Crujiente de morcilla
   A continuación nos sirvieron dos primeros platos: Vieiras y tocino grill con salteado de cebolla y puntillas de trigueros y , el tan de moda, Huevo roto con foie a la parrilla, hongo beltza y jugo de trufa.

    Las Vieiras y tocino grill con salteado de cebolla y puntillas de trigueros. 
La mezcla de vieiras con tocino sorprendente. Un plato que se come con todos los sentidos, ya que a simple vista era difícil diferenciar los trozos de tocino y los de vieira. Sin embargo, en la boca resaltaba el contraste entre la melosidad del tocino y la tersura de la carne de la vieira, y pese a ser una combinación inusual, resultaba muy grata al paladar


Vieiras y tocino grill con salteado de cebolla y puntillas de trigueros

     El Huevo roto con foie a la parrilla, hongo beltza y jugo de trufa.
El huevo en su punto (se podía mojar pan), trozos generosos de foie, sin nada de grasa, y el toque de trufa dotan de sofisticación a un plato de toda la vida como son los huevos rotos.


Huevo roto con foie a la parrilla, hongo beltza y jugo de trufa

      Como principal de pescado pudimos degustar Lomo de merluza al cava con salteado de habitas y guisantes. 
La verdura al dente y la merluza muy fina, suave el toque de cava, menos arriesgado que los demás pero de gran calidad en los ingredientes.



         El plato principal de carne, Cierva del bosque, castañas y chalotas dulces.
Sutil el toque de las castañas, en forma de crema, así como esas pequeñas chalotas dulces, que contrastan con el carácter de la carne de caza, en su punto y con una salsa muy agradable.

Cierva del bosque, castañas y chalotas dulces

Carta de Postres



   Y para terminar, pudimos elegir de entre todos los platos de la carta de postres, a cual más apetecible.
  Tras mucho pensar,  nos decantamos por el  Taco de chocolate, sopa de piña y helado de vainilla con un toque de canela y los Canutillos de Pamplona rellenos de crema con chocolate caliente por encima. 
El contraste entre el chocolate, la sopa y el helado muy logrado, el chocolate excelente.
Muy buena la masa de los canutillos muy fina, crujiente, buenísima



Taco de chocolate, sopa de piña y helado de vainilla con un toque de canela

canutillos de Pamplona rellenos de crema con chocolate caliente



Por lo que respecta al maridaje, seguimos gustosamente la recomendación de Raquel, y toda la comida estuvo acompañada con un blanco, Gran Feudo Edición Chardonnay Sobre Lías de Chivite, muy agradable y en sintonía con los platos. En la carne., pasamos al tinto, también un Gran Feudo Edición, de Chivite. Finalmente, con los postres, una copita de vino dulce. Unas infusiones o café, con sus correspondientes petit fours, fueron el colofón y eso que nos negamos a la copa o licores que nos ofrecieron.

Tras la cena nos enseñaron las instalaciones, muy cuidadas y con una primera planta con dos elegantes salones privados, herederos de la antigua casa, comunicados por un distribuidor con unos ventalnales en semicírulos a la plaza Príncipe de Viana impresionantes. Esta zona, muy adecuada para comidas de empresa, celebraciones familiares o eventos.
Tras este recorrido y para cerrar la velada, estuvimos charlando apasionadamente de todo un poco con dos generaciones de de la familia. 
En definitiva, una "casa de comidas" muy recomendable, cuidada carta, arraigada a las tradiciones navarras con un ligero y sutil toque de modernidad, trato exquisito y local muy agradable y acogedor.

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